lunes, 30 de agosto de 2010

narcisismo e identidad


Volvemos tras el descanso vacacional para proseguir esta conversación al hilo de los aconteceres y sugerencias que nos alcanzan.
La cuestión del "narcisismo de la pequeña diferencia" ha suscitado interesantes comentarios. M. plantea la pregunta de por qué somos tan sensible a las diferencias. Y Ali y Anónimo llevan la cuestión a las mujeres, donde les parece que es aún más marcada la dificultad que produce este fenómeno.

Cuando el bebé se mira en el espejo se fascina ante una imagen completa que él no tiene aún de sí mismo. Es el narcisismo primario, amar la propia imagen, necesario para vivir. Poco a poco se irá identificando a esa imagen hasta concluir que es él y que, incluso, tiene un nombre. Es el descubrimiento, o creación, de la identidad de uno mismo. Esto lo explicó mucho mejor Jacques Lacan en el "estadio del espejo". O sea, que nuestra primera idea de quienes somos nos viene de una imagen exterior. Esto dará lugar a que los humanos siempre tenemos conflicto con nuestra imagen y nuestra identidad, pues nos la ha procurado "otro". Desgarro subjetivo y dificultades varias con la identidad. Los fundamentalistas creen que la identidad les viene de sí mismos o de una instancia divina. Por eso acaban barriendo a los otros diferentes.

Además la única forma de tener una singularidad propia es ser diferentes en algo. La realidad humana se basa en semejanzas y diferencias. Todo igual sería el horror de las fosas comunes, y todo diferente la locura destructiva de Babel. Es en este juego "igual-diferente" donde nos moveremos siempre en el teatro-nunca mejor dicho- de la vida.

Los de Villarriba y Villabajo cuando van a Madrid se sienten riojanos, cuando van a Turquía se sienten españoles, y todos se llevan muy bien. Pero cuando estuve en Villarriba todos me dijeron que los de Villabajo eran tontos, antipáticos y, además, feos. Apenas se tratan. Como vemos la identidad se desplaza en relación al Otro del mundo. En el extranajero necesitan amarse (identidad similar de españoles), en el pueblo precisan reivindicar que son distintos y surge la animadversión para separarse del otro del pueblo de al lado que es tan parecido que resulta difícil distinguirlos sino sabes que los otros son malos y estúpidos.

Dijo Freud que "el narcisismo de la pequeña diferencia es la obsesión por diferenciarse de aquello que es familiar y parecido". Para contrarrestar la angustia que nos puede producir que no nos distingan, quedar subsumidos en el otro.

Esto, a veces, lleva al límite de matar al otro. No otra es la base del terrorismo. El fanático dispara contra la imagen del espejo porque no sabe encontrar su propia diferencia. El terrorista, en realidad, se cree demasiado igual a su enemigo y necesita hacerlo desaparecer.



En la mujer se despliega la doble actitud ante la identidad. La identificación le lleva a vestirse parecido-no otra cosa es la moda- pero a la necesidad de mostrarse de algún modo diferente. Es más sensible que el hombre a salvaguardar la diferencia de su imagen. Eso la hace más narcisista: mayor cuidado del cuerpo, imagen, etc. El hombre, menos sutil, pues se cree que porque tiene pene es portador del falo ( aquello que causa el deseo) por sí mismo, es más propicio a la identificación masiva con los otros iguales. Son "más iguales" y temen menos que no les distingan. A veces les encanta ser todos el mismo. Así se han hecho las guerras y barbaridades.

La mujer constituye su subjetividad sobre un sentimiento de falta. Algo le falta ya, de entrada, y es más sensible a que le quiten más. Lo propio y diferente le es más necesario. De ahí surgen la rivalidad con la madre, hermanas, amigas... Es más sensible a la envidia de los pequeñas cosas que le distinguen. Y tiene razón, puede tratarse de lo que le hace más deseable.

En general los hombres se identifican más fácilmente entre sí, prefieren la manada, y las mujeres van de una en una. ¡Y que nadie se confunda!

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15 comentarios:

Blogger Ali ha dicho...

!Que bueno contar con las entradas de Iñaki! para visualizar qué ocurre en "nosotros mismos" y que tantas preguntas nos provoca y que aunque no tienen una respuesta nos permiten acercarnos un poco más a ellas
Las identificaciones, las envidias, las diferencias entre unos y otros, el falo, la falta constitutiva en la mujer..son respuestas a porqué nos comportamos de una manera u otra.
nuestra vida está llena de obstaculos que intentamos evitar pero que están y muchas veces no sabemos cómo posicionarnos ante ellos.
El enfoque psicoanalitico nos acerca a la busqueda de nuevos planteamientos.
Ya desde pequeños aprendemos a saber quienes somos, a distinguirnos de los demás, nos gusta que nos nombren, que no nos traten en manada;nos gusta sobresalir en algo, queremos entender esa lucha por encontrar nuestro espacio, ante una madre que desaparece surge la rivalidad entre las hijas en "quien se parece más a ella" hasta tal punto que puede cambiar la forma de ser del individuo, querer pretender ser lo que los otros (el resto de las hermanas) no son. Parece que esta es la dificultad ante las identificaciones, ser, parecer ser, merecer ser...no es facil para la mujer tapar la falta, no es facil ser una mas en el trabajo, en las amistades, ni en la vida...

31 de agosto de 2010, 14:30  
Blogger Unknown ha dicho...

Hola, Viar; hola a todos.

"Parecido no es lo mismo", se llama un espectáculo de Faemino y Cansado, creo. Suena como aquello de ¿quién se parece más a un mono, un negro o un blanco? Un blanco, porque un negro es igual. Yo, negra de esas que crecen robustas en las tierras de Churdínaga, no me veo parecido ni con Esperanza Aguirre, ni con Bibiana Aído, ni con la Virgen de Begoña, ni con mi madre; será porque todas somos la misma que huyo de ellas para ser, tout court. Qué sufrimiento, ser. (Es que ni siquiera me llamo "Yyó Quesé", una pesada definición personal, aunque a la vez me sirve para homenajear al padre de Gila: cuando cayó a la calle un cuerno de la vaca que la familia criaba en el balcón, un señor llamó a su puerta y, enseñando el cuerno en una mano, preguntó si le pertenecía: "Y yo qué sé", respondió el padre; ay, qué hombre más distraído).

Para muchos (a veeeer, muchos y muchas, si lo sabrá servidora), los versos más hermosos de amor español (¿hay amor español?, ¿qué quiere decir hermosos?, ¿qué es el amor, que no me acuerdo?, ¿por qué escribe en verso en vez de aprovechar todo el renglón?) los compuso preso en lóbrega mazmorra un tío bajito que se llamaba Juan de Yepes, y el caso es que finge ser una tía, vamos, como un travesti con sayal de carmelita.
Para olvidadizos: en esos encendidos versos que digo, él hace como que es una piba que se fuga de casa por la noche (oscura del alma), buscando al Amado; la maravilla es que la búsqueda y la noche "juntó Amado con amada" (así: Mayúscula/masculino-minúscula/femenino), y al fin -tan imposible final-, cesa el afán y el anhelo se resuelve en paz, que es tal vez la más dichosa nada: "Quedeme y olvideme, / el rostro recliné sobre el Amado; / cesó todo y dejeme, / dejando mi cuidado / entre las azucenas olvidado".

La Gracia está, yo creo, en que siendo él de Ávila y tú de Churdínaga; él, hombre de nuestro Siglo de Oro, él tan blanquito (y yo no, y yo no); él Aries y yo Piscis, y así hasta aburrir de diferencias, con cada una de las palabras que antes no había abre un candado para todos: Antibabel y antifosas a la vez.

Agradezco mucho a Viar sus textos, por las llaves y por las cerraduras (anda que, ¿qué es eso del falo?, como lo lea mi abuela y se enteren mis nietos) que muestran unas cacho puertas; y felicito a todos los participantes (y hasta a las participantas) por ser-lo.

1 de septiembre de 2010, 0:41  
Blogger M ha dicho...

Echaba de menos una entrada de Iñaki, cuántas cosas interesantes nos ha comentado, es un disfrute, una tarea placentera para unos días. Qué pondrán, qué pondré!...
Cuando he leído el comentario del estadio del espejo me ha venido a la memoria lo importante que ha sido para mí el espejo. Me acuerdo que cuando era pequeña y mi madre se enfadaba conmigo yo abría la puerta de mi armario que tenía un espejo grande, me sentaba en el suelo y me pasaba mucho rato sin dejar de mirarme, me miraba el pelo, los ojos …durante largo rato.Después me levantaba del suelo y me sentía mejor. No recuerdo pensar en nada, solo mirarme, estar acompañada. Ya con la edad no necesito hacerlo pero siempre que entro a un cuarto donde voy a dormir o a una casa donde voy a estar lo primero que busco es un espejo.
Ahora pienso que seguramente lo haría para asegurarme la identidad, que quizás la discusión me había hecho tambalear. Supongo que iba corriendo para ver si existía, o había desaparecido por la falta de amor. Como nos comenta Iñaki nuestra imagen y nuestra identidad, (…) nos la ha procurado "otro".
Dejando los recuerdos de la infancia.
Volviendo a los comentarios interesantes de Ali y la entrada como siempre brillante de Iñaki tomo lo siguiente: “Lo propio y diferente le es más necesario “a nosotras las mujeres; me encantó cuando lo leí porque es verdad, tiene un punto tierno de fragilidad (porque nos es más necesario) y a la vez de innovación y creatividad porque lo construimos nosotras, cada uno el suyo. Y ellos también.
Comentándolo con una amiga nos reíamos porque hay muchos casos sobre esto que podemos hablar las mujeres. Si un hombre te confunde con tu amiga, ya lo lleva claro para con tu amiga y para contigo. Como dice Iñaki:”las mujeres van de una en una. ¡Y que nadie se confunda!”
Y Yokesé también lo expone muy bien, cada una somos diferentes y así lo ha dejado claro Y yokesé en su escrito y por eso me gusta leer, leer como cuentan las personas sus vidas, sus identificaciones, etc. Bienvenida Y Yokesé, gracias a ti también por compartir la poesía de San Juan de la Cruz sobre el amor, que es lo que nos une y nos puede salvar de estas envidias, de babeles, etc.
Leyendo y leyendo me he quedado con una aportación de Freud que dice que en el análisis, en la cura se produce una operación de pérdida, que se pierde el brillo fálico. -No sé si entiendo bien estos conceptos del psicoanálisis que suelen ser amplios y/o profundos y complejos- pero creo que en las relaciones amorosas, de buena amistad y con los hijos, para que las cosas funcionen hay que perder un poco del brillo fálico para que el otro pueda entrar y se pueda crear, nos podamos entender.
Creo que mucho falo, mucha posición fálica no vehicula relaciones, un poquito de menos brillo deja sitio para que el otro pueda entrar.
Hasta pronto

6 de septiembre de 2010, 13:09  
Blogger Iñaki Viar ha dicho...

La mujer tiene dificultades para tapar la falta, dice Ali. Ni debe taparla diría yo: debe operar con ella. En eso consiste algo de lo que llamamos la feminidad. Invención, creación, comenta M. Y si es cierto que es preciso poder perder algo, sobre todo del goce narcisista, es decir, no quedar atrapado en el propio brillo fálico para poder ir a buscarlo en el otro. Eso es el deseo. No se trata de "ser" el falo,posición neurótica, sino de conseguirlo.
Y yo kesé, "...dejando mi cuidado / entre las azucenas olvidado" Exquisita metáfora de la entrega amorosa. Amado, amada...no pasa del éxtasis.Me parece más ilustrativo sobre el amor "El banquete" de Platón, donde Sócrates comenta que es más digno el "amante" que el "amado", pues es aquél el que pone en juego su falta y su creatividad.
Hermoso debate el que traen. Cada cual desde sí, de lo que se siente concernido. Eso buscamos.

6 de septiembre de 2010, 23:38  
Blogger Unknown ha dicho...

Se me ha quedado puesto dentro el recuerdo de M. ante el espejo del armario (armario se dijo almario). Yo quiero ese espejo, así que me robo la escena y la echo al pozo de mis cimientos imaginarios.
Luego Viar dice que muy bonito el éxtasis, pero que a trabajar todo el mundo. Y, claro, una es hija de la sociedad del hiperconsumo ese, que solo se alimenta de hedonismo (desde la lavadora de las 5.30 a los platos sucios de las 23, pasando por unas cuantas horas tontas en los Campos de Algodón, venga hedonismo y hedonismo todo el santo día), y, claro, después una no quiere más que éxtasis.
La cosa es que durante unos segundos he entendido qué significa renunciar al brillo del falo. No hay más que pensar en el gilipollas de Alcibíades (en El Banquete, digo), qué papelón, borracho, insultando y lloriqueando; un hombre como una casa y un tío tan macizo y adineradísimo. Dan ganas de darle ocho tortas: Alcibíades, hijo, cómprate un libro, haz un cursillo de inglés o apúntate a un gimnasio.
Sin embargo, después de que se me ha pasado lo de entender, me ha parecido que desear y a la vez renunciar a ser deseado puede ser como darse palmaditas en la cabeza con la mano derecha y hacer círculos en la barriga con la izquierda; una cosa muy difícil.
Y creo que ya sé dónde está el espejo de M.: ¡está en el garaje de Sócrates!
Posdata: como Viar invitaba en el blog a hablar de nuestro tiempo, recomiendo vivamente el artículo de hoy de Miguel Ángel Aguilar en El País. Se titula "ETA tiene quien le escriba" (si os gusta el análisis lingüístico como puñal para rasgar velos de plomo; a los de Churdínaga, la gramática nos chifla, y también beber a morro).
http://www.elpais.com/articulo/espana/ETA/tiene/quien/le/escriba/elpepiesp/20100907elpepinac_9/Tes

7 de septiembre de 2010, 22:29  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Asun,ha dicho.
Un cariño a Iñaki y a todos.
Lo formidable del psicoanális es precisamente la importancia que otorga a lo singular,lo particular de cada sujeto,hasta tal puunto dice Lacan,que el deseo del análisis no es un deseo puro,es el deseo de obtener "la diferencia absoluta",solo allí puede surgir la significación de un amor sin límites.
La frase de Iñaki:nuestra imagen,nuestra identidad,nos la ha procurado otro,pone de manifiesto,lo importante que es ocupar un buen lugar en el deseo del otro materno,es tan importante que tendrá efectos determinantes en la creación del futuro sujeto.
Algunos,cuando "algo"anda bien recurrimos al análisis,para dar un viraje,vivir una experiencia uqe produzca un modo de vida más interesante y menos doloroso.
Pensar lo femenino,cómo "la falta que nos constituye.pesar la feminidad cómo una invención...creación,allí donde no hayes un ejercicio fascinante y sofisticado...le representación de la feminidad:el maquillaje,las medias,el tacón,es muy interesante,tanto que ha producido estupendas páginas de literatura,cine o arte.
el psicoanálisis proporciona una escucha y entiende a la mujer" de una en una "y eso es extraordinario, a diferencia del discurso de los más media que presntan una mujer toda,un espectácula grosero y banal.El bisturí opera (nunca mejor dicho)cómo una pruducción en serie. Hasta pronto.

7 de septiembre de 2010, 23:58  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Asun dice,hola de nuevo.
Disculpar las faltas de escritura,falta total de práctica.
Obviamente quería decir:que recurrimos al análisis cuándo algo no va bien...
Yo prondría hablar del lugar que ocupan los hombres en la actualidad,creo que están devaluados,que hay que rescatarlos y dignificarlos...yo escucho a veces barbáridades y me producen malestar,es un discurso tan triste cargarte a veces lo que más deseas"un hombre",ya sabemos en nombre del feminismo,la mujer fálica tan actual...al hombre se le queda "pequeña"
Adorable el comentario de M sobre el espejo y su infancia..y lo amoroso..bueno hasta pronto

8 de septiembre de 2010, 10:57  
Anonymous Anónimo ha dicho...

yo también pienso que los hombres van en manada y las mujeres de una en una.Con el tiempo, me he dado cuenta que tampoco pasa nada, que no es de vida o muerte hacer cuadrilla (cuando era adolescente).Que una amiga es como la sangre y que siempre acude a la herida sin necesidad que la llamen (las monjas, en la escuela).Que se puede hechar novio, sin contar conmigo...Que tiene un cuerpazo mejor que el mio (cuando un otro materno te dice que vaya culo gordo que tienes y que se te caen las tetas)y te lo crees.Cuando no se ha querido saber nada ni de estudios ni de otros saberes (oye que yo soy rebelde, porque el mundo me ha hecho así)y lo revindicas como bandera....Y la otra sabe mucho más que yo.En fin tantas cosa.Y de todo tiene la culpa la otra...Parece que lo tiene todo y yo nada, y a por ella.Cuando he entendido y he aprehendido (con hache intercalada) que en su estilo, mi amiga, mis amigas son inefables, como yo, hasta la quiero y me quiero.También a mi mama... je, je
En el campo profesional pienso que muchas mjeres adoptan comportamientos masculinos y intentan machacar a sus compañeras.Podrian dejarse su goce en casa.Mejor no consentir, como siempre de la buena manera. Un saludo

9 de septiembre de 2010, 8:08  
Blogger Unknown ha dicho...

Propongo un ejercicio:
Un platillo cargado de marcianos aparca en la Plaza Moyúa (por ejemplo), y la Diputación les obliga a hacer un examen de integración en la especie humana. La prueba consiste en que, a partir de unos rasgos de esos que se dice que distinguen a hombres y mujeres (sumémoslos todos, todos cuantos encontremos allí do los hallemos -libros, teorías, creencias personales que, casi siempre, ¡qué casualidad!, coinciden con las que están en los papeles volanderos que se dedican a fusilar y/o tergiversar esos libros o teorías-), nuestros asustados marcianos tienen que averiguar, mediante preguntas y/o conversación, si son chico o chica unos millares de viandantes entrevistados (con la voz electrónicamente transformada, tapados todos con burka, y sonando pitidos varios cuando se dice el género gramatical, supuesto el caso de que la lengua en que responden tenga flexión).
Mi respuesta: Los marcianos pencan, fijo. Y si nos ponemos los demás, también. O sea, en esto del sexogénero (ellos son así, ellas son asadas) a mi me parece que, en general, primero creemos y luego vemos.
Ruego que nos fijemos en este blog: ¿Por qué quien firma Iñaki Viar no podría ser una mujer? Yo misma soy un hombre (completamente desprovista de ese falo que no se nos cae de las teclas, lástima).

9 de septiembre de 2010, 14:44  
Blogger M ha dicho...

Bueno, bueno, qué gustico tanto comentario.
Qué ilusión de verdad ¡…No sé cómo te verá tu mami “Anónimo ”pero yo os veo fantásticas o fantásticos!ja,ja!, divertidas e interesantes; en grupo o solas lucís con luz propia, aunque ya sabemos que con un poco de menos brillo estamos con más luz y vosotras desde luego que la tenéis.
Yo acabo de venir de la plantación de algodón y no me he encontrado con Yyo kesé , una pena! Pero igual me acerco a la Plaza Moyua para hacer el ejercicio.
La verdad es que comentando el tema bien traído por Asun de los hombres, pienso en mi hijo… y no lo veo constituido por ninguno de los topicazos que tiene y tendrá que escuchar, como chico. Es tierno y valiente, y a veces no, como todos nosotros; va buscando construir su diferencia sin salirse demasiado para estar unido a los suyos. Como quién pinta un cuadro con mucho cuidado pero a veces haciendo algún borrón que le vendrá bien .Una delicia.
Mejor no consentir dice “Anónimo” un tema interesante. Yo me hago un lío del diez!.

9 de septiembre de 2010, 17:22  
Blogger Iñaki Viar ha dicho...

"...actualmente los hombres están devaluados, hay que rescatarlos..." Querida Asun esta afirmación me ha dividido. Por un lado mi yo narcisista se alegra:eso, eso, que me rescaten, estoy dispuesto. Pero por otro no lo veo tan claro. Creo que los hombres, en lo social y laboral, siguen en posición dominante,y que tratan de mantenerla "desesperadamente". No creo que lo consigan por mucho tiempo.
Y yo quesé: Alcibíades, rico y poderoso y bello, parece ridículo por que Sócrates, feo y viejo y pobre, no corresponde a su amor. Prefiere el amor al saber. Por ahí nació la filosofía.
Es preciso la aceptación de perder algo para ganar lo nuevo. Con ello no quiero hacer una apología de la renuncia y de la precariedad de la vida, se trata de hacer un vacío en nuestros goces para alojar lo diferente.

9 de septiembre de 2010, 23:20  
Blogger Iñaki Viar ha dicho...

Lo anterior vale en el supuesto de que yo sea un hombre. Interrogante que introduce Y Yo Kesé, que me disculpe por haber escrito mal su nick en el comentario anterior.

9 de septiembre de 2010, 23:24  
Blogger Ali ha dicho...

Llego de unas mini-vacaciones, y me llevo la grata sorpresa de que alguna gente (que no todos), se anima a escribir, a dejarse llevar un poco; procuramos que exista ese poder abrir algo de nuestro interior, particular,que a la vez nos lleva a cerrar. Abrir y cerrar es el ejercicio de nuestra vida; decir no todo, escuchar, alojar lo nuevo, perder.. está bien porque por un lado lo captas y por otro se desdibuja enseguida. Esto me gusta y me cuesta del psicoanalisis, cuando por fin crees que lo pillas..se va y viene ¿qué? ¿el vacio?, por un lado la abertura, por otro la oscuridad; supongo que esto está bien (aunque fastidie) por aquello de ir siempre detras del deseo.
Me quedo con la frase de Iñaki de hacer un vacio en nuestros goces para alojar lo diferente, porque esto ya se me está escapando, por más que lo intento no la puedo atrapar, pero ahí está. qué lio

13 de septiembre de 2010, 14:48  
Blogger Unknown ha dicho...

Quiero compartir unos versos de una poetisa andaluza que se llama Chantal Maillard, porque hablan de la identidad y de lo singular, y, por supuesto, de psicoanálisis. Es un fragmento de un libro de 2004, que es un largo poema en dos pisos (arriba y abajo); se titula "Matar a Platón" (y yo es que hay días que le mataría, o le daría un empujón o por lo menos le diría algo, si supiera qué y me lo encontrara por Churdínaga).

Estos versos:


"[…] que un acontecimiento,
al contrario que una idea,
nunca puede ser definido.
Un acontecimiento no es un hecho sino algo
muy sutil, simple y complejo al mismo tiempo.
Por eso las variaciones. Por eso los poemas.
Un poema puede sugerir el instante.
Y en ese instante está el universo entero,
en superficie, el universo en extensión,
como una enorme trama.
Conocerse es viajar como una araña por los
hilos de esa trama.
Platón desterró a los artistas por temor a que
mostraran que lo-que-ocurre
no tiene correlato ideal,
que cada ser no participa de su idea sino,
al contrario, de todo aquello que él no es.
Censuró a Homero porque permitía la
metamorfosis, el llanto de los héroes y la risa
de los dioses.
Cualquier ser se alimenta de los demás en un acontecimiento".

(Chantal Maillard, de "Matar a Platón" -por la parte de abajo-, 2004.

13 de septiembre de 2010, 22:35  
Anonymous Ana A.B.V. ha dicho...

¡Qué bien escribís todos! yo alucino con vosotros. Sabéis escribir hasta el acontecimiento ese. Da gusto leer. Brillantes sois todos.En este blog hay brillo, hay luz.
Hay mucha poesía y me gusta, aunque yo no suelo leer poesía.
No comprendo muy bien lo de que las mujeres, cómo debemos crear ( o, simplemente creamos)nuestra identidad a partir de una falta, somos singulares,tenemos más diferencias entre nosotras que los hombres entre ellos: ¿No creéis que es eso lo que les gustaría a ellos? ¿No solemos oir muy a menudo en las películas -sobre todo antiguas- cómo el hombre le dice a su amada o a otros que ella es única, que es diferente de las demás, que es especial... y eso mismo no aparece nunca en boca de una mujer refiriéndose a un hombre? Me ha parecido entender que Iñaki Viar dice que las diferencias solamente se aprecian entre los más iguales y que éstos, si son contemplados por alguien más lejano se unen formando un todo no diferenciado, es decir, que no hay algo fijo, que todo fluye... y YYoKesé dice lo de los marcianos en la plaza Moyúa que me ha hecho mucha gracia... Yo pienso que tanto los hombres como las mujeres solamente somos relaciones, que no tenemos una identidad sólida y que nuestra identidad sólo son las relaciones que hemos vivido a través del tiempo. Bueno, a lo mejor estoy escribiendo burradas...

Yo lo de la falta y todo eso que decís sobre la identidad tan diferente entre hombres y mujeres no lo comprendo. ¿Alguien podría explicarlo con un poco más de detalle?

Me gusta lo que habéis escrito sobre el amante y el amado.

6 de octubre de 2010, 18:41  

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