viernes, 8 de octubre de 2010

Don Juan


En estos tiempos de declinar de los atributos del hombre volvamos sobre el mito masculino por excelencia: Don Juan. Desde Tirso de Molina con "El burlador de Sevilla y convidado de piedra" se han sucedido las obras que han tratado el personaje de Don Juan hasta alcanzar la categoría de mito. Salvo Zorrilla, que salva al final a Don Juan por el amor de doña Inés, en todas las demás versiones Don Juan muere.

Nace el mito en el barroco, hijo de los excesos y de la premura por atrapar los goces de la vida antes de que ésta se nos escape. En Don Juan, especialmente en el Don Giovanni de Mozart, con libreto de Lorenzo Da Ponte (les recomiendo la maravillosa versión de Ferenc Fricsay, en Deutsche Grammophon), hay esa premura, ese afán incesante por seducir a las mujeres, empleando todos los "recursos humanos", diríamos hoy. Pero qué le hace a Don Juan ir de una a otra, y otra nueva, sin detenerse nunca. Pues que no encuentra lo que busca. Las mujeres son para él un desplazamiento metonímico que nunca se detiene. Ninguna mujer le hace metáfora del amor donde pueda detenerse y dar tiempo a su dicha. Porque Don Juan quiere encontrar "LA MUJER", la definitiva, la que encerrara en sí misma la auténtica "esencia de mujer" (creo que hubo una película con ese nombre). Claro que él no sabe lo que busca desesperadamente, y como no existe (por eso los griegos crearon a Afrodita y demás diosas) acabará encontrándose con el Padre, y con su destino lógico de subir por una escalera que no lleva a ninguna parte: la muerte.

Pero si consideramos a Don Juan como un destino extraviado ¿qué diremos de todas las mujeres de la humanidad (exagerando algo) que han podido fantasear con un hombre que por ellas salte muros, empeñe duelos, se atreva a todo (y que pueda con todas), que mate y muera por ellas? Pues que es, efectivamente, una fantasía que alcanza a condensarse en un mito. Ese hombre que a todas enamora y las hace sentirse amadas-ése es su secreto, las toma de una en una. Únicas cada una con su amado cuando él les dice, como a la campesina Zerlina:

Là cidarem la mano,
Là mi dirai di si;
Vedi, non e lontano,
Partiam, ben mio, da qui.

Don Giovanni lo explica de manera irrebatible: "Ser fiel a una significa traicionar a las otras"
Es por esto que Lacan considera a Don Juan un mito sostenido por las mujeres, en realidad un mito femenino.

Hay una dignidad de Don Juan cuando entra por su propio pie en el infierno. Con la cabeza alta y el mismo aire decidido con el que ha perseguido todas sus conquistas.
Pues esa muerte es producto de su coherencia hasta el final.
Su desafío a todas las normas no era vano. Y así el mito nos muestra lo que es inalcanzable en el amor y en el deseo.

31 comentarios:

Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

¡Viar, qué entrada más chula!

Quiero decir cosas, sacudo las orejas y solo salen chirlas, migas de pan y monedas de dos reales de curso completamente ilegal; resulta que me he quedado dormipensando en Don Juan, profundamente subida a lo alto de una viga.
Mientras despierto y recuerdo, transcribo un soneto de Lope que copié del tablón de anuncios de la peña "Esclavos de la metonimia" (es Don Juan miembro de honor).

Ir y quedarse, y con quedar partirse;
partir sin alma, e ir con alma ajena;
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades;
pedir prestada, sobre fe, paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.

9 de octubre de 2010, 21:24  
Anonymous Ana A.B.V. ha dicho...

Esclavo de la metonimia y el poema de Lope….
A mí esta ópera – como todas las de Mozart – me gusta mucho. Me ocurre algo curioso con esta ópera y es que me siento identificada con todos los personajes (sean masculinos o femeninos), excepto con uno: con Leporello.
Por otra parte también lo relaciono con el psicoanálisis, por lo de “uno a uno” (ya he dicho que lo del género, lo de masculino o femenino a mí no me importa en esta ópera ni, en general, en muchos o casi todos los temas de ficción) (y ya que he hablado del tema de ficción, en el psicoanálisis se cuenta nuestra “historia”, que al final es como un “cuento”).
El final de don Giovanni arrojándose terco y muy digno a los Infiernos para encontrarse con el padre de la única mujer a la que no ha podido enamorar es precioso (siempre nos quedará a los espectadores la duda de qué hubiera ocurrido si esa mujer hubiera aceptado su amor).
Iñaki Viar habla sobre que en estos tiempos los atributos del hombre están en declive y relacionándolo con el tema del destete, es decir, con ese “tercero” que separa al niño de la madre con su “autoridad paterna” parece que en la actualidad lo tiene difícil porque la palabra “autoridad” está devaluada. En los campos de fútbol el árbitro sigue teniendo autoridad… aunque la palabra está devaluada el concepto sigue en pie: incluso se castigan mucho más duramente algunos delitos o incluso han aparecido delitos que antes no existían, y últimamente están prohibiendo muchas cosas: fumar, los toros, el burka… La autoridad paterna… Don Giovanni no tiene hijos. Pero a mí don Giovanni me encanta por la música: es la música la que hace creíble el mito ¡Y claro que te lo crees!
Respecto a que los griegos inventaron a todas las diosas del Olimpo para encontrar a “LA MUJER”… no entiendo, porque también crearon a muchos dioses masculinos… y ¿la religión cristiana no tiene a ninguna porque sí existe “LA MUJER”… y en cambio tiene un dios (uno solo) porque no existe “EL HOMBRE”?... siempre preguntando.
De verdad, no entiendo todo esto.

9 de octubre de 2010, 23:14  
Anonymous Ana ha dicho...

Ayer envié sin darme cuenta el comentario, pero en realidad quería enviar este otro:
Pues sí, vaya entrada y vaya comentario!
Esclavo de la metonimia y el poema de Lope…

(Aprovecho para deciros que tengo la sensación de haber ido corriendo detrás de aquel tren que en la primera entrada saludaba a un vacío y que justo cuando el tren llegó a la estación del “destete” me pude subir con mi flequillo desordenado y alborotado de tanto correr para que no se me escapara y me subí al tren justo cuando se iba de nuevo a marchar y me recibisteis muy amablemente, incluso con mucha gracia y salero, pero yo me sentí abrumada con vuestras bienvenidas y estuve torpe.
¡Pues sí!
Un mito que parece que lo sustentamos las mujeres, cuyo personaje principal es un esclavo de la metonimia… pero en el que triunfa el amor de la metáfora (en los personajes de Ana y Octavio) y también triunfa la dignidad del metonímico al arrojarse sin vacilar a los Infiernos de esa forma tan tremenda. Y las músicas, tanto de los amores metafóricos como los de los amores metonímicos, son impresionantes. Es la música la que da todo el sentido metafórico a toda la obra.
A mí esta ópera – como todas las de Mozart – me gusta mucho. Me ocurre algo curioso con esta ópera y es que me siento identificada con casi todos los personajes (sean masculinos o femeninos), e incluso con el propio don Giovanni.
Por otra parte también lo relaciono con el psicoanálisis, por lo de “uno a uno” o “una a una” (ya he dicho que lo del género, lo de masculino o femenino a mí no me importa en esta ópera ni, en general, en todos los temas de ficción) (y ya que he hablado del tema de ficción, en el psicoanálisis se cuenta una “historia”, que al final es como un “cuento” de…¿un cuento de un esclavo del amor metonímico, pero que al final triunfa el amor metafórico? ). Y también porque los lacanianos te dan la mano, como le canta Don Giovanni a Zerlina, como el amante al amado, para que luego (en el caso de un paciente), Zerlina, con su trabajo en la consulta, se convierta en la amante y don Giovanni en el amado (algo que no ocurre en la ópera pero que ocurre en el psicoanálisis y en otras muchas situaciones de la vida (¿quizás también en el destete, cuando los padres comienzan a “negarle” algo al niño, cuando empiezan a “hablar” con él? )
El final de don Giovanni arrojándose valiente y muy digno a los Infiernos para encontrarse con el padre de la única mujer a la que no ha podido enamorar es precioso. Y esa dignidad, junto con la música tan… lo que sea, dignifica al personaje. Yo este final lo relaciono con el final de un psicoanálisis en el que el paciente se encuentra … ¿Con quién? ¿Con qué?
Pero a mí don Giovanni me encanta por la música: es la música la que hace creíble el mito ¡Y claro que te lo crees!
Respecto a que los griegos inventaron a Afrodita y a todas las diosas del Olimpo para encontrar a “LA MUJER”… no entiendo, porque también crearon a muchos dioses masculinos… y ¿la religión cristiana no tiene a ninguna diosa porque sí existe “LA MUJER”… y en cambio tiene un dios (uno solo) porque no existe “EL HOMBRE”?... siempre preguntando.
Yo eso de que sólo existimos las mujeres una a una, y que sí existe EL HOMBRE no lo entiendo. ¡ Claro que entiendo que a las mujeres nos traten una a una, pero me imagino que eso también les gustará a los hombres ¡ De verdad, cómo me cuesta entender muchas cosas, de vosotros, los psicoanalistas, o de los pacientes que sí entendéis, pero me gustaría entenderlas.
Atributos de los hombres: no sé cuáles son, ni tampoco los de las mujeres.
Si he dicho algún disparate, que seguro que los digo, ruego que se me disculpe y agradecería que se me corrigiera. Pero me gustaría continuar en este blog porque, aunque no entienda muchas cosas, de verdad que me interesa lo que decís y me gusta cómo lo decís. Ya os dije que yo veo brillo, o agalma, o eso que tenía Sócrates para su amado.

10 de octubre de 2010, 11:10  
Anonymous Ana ha dicho...

Me he dado cuenta de que lo mío no es los blogs. Gracias a Iñaki y a todos y seguid tan tan estupendos.

11 de octubre de 2010, 20:03  
Blogger M ha dicho...

Ana estamos de vinitos Ali y M..
Acabamos de leerte y nos ha parecido una despedida. A Ali no le gustan las despedidas y a M. le duele que te marches. Ha sido una sorpresa. Sólo tú sabes qué pasa, nosotras sólo sabemos que tu presencia en el blog es una más, y con muchas ganas de decir. Esperamos que mañana continúes; nos interesa lo que quieras poner. Nos encantaría que siguieses pero será tú deseo. Miles de besos y un chinchín.

12 de octubre de 2010, 3:27  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

Recuerdo que Don Juan era una lección moral, y no precisamente sobre la dignidad de su infierno. La lección de marras dice qué eres y qué tienes de valor y lo señala con la vergüenza, que, como enciende los rostros, avisa con su calor a monjas y pastorcillas, grandes damas, severas dueñas, tímidas doncellas y mozuelas todas (salidas del sueño de Don Juan), de los lugares donde están puestas y/o sepultadas las cosas valiosas. Los deseos de las mujeres son los sueños que Don Juan despierta. ¿Qué sueñan esas mujeres? Sueñan al burlador de todas sus vergüenzas, el que rasgará todos los pesados velos, el grandísimo sinvergüenza, el libertino que es el puñetero libertador.
(Igual esto va a ser mucho humo para una siesta). El relato de Don Juan se desplegaba en aquella página adornada por la perla de sabiduría popular, "Prometer, prometer hasta meter, y después de metido nada de lo prometido". Mejor, abuela; las promesas están bastante buenas, pero dejémoslas en el plato y que se las lleve el gato, que es bien sabido que causan dolorosos meteorismos.

A Ana quiero decirle lo mismo que M. y Ali (yo, que me subí a este tren sin billete, por el puro amor de viajar y delinquir, ¡resulta que no hay revisor!); y a M., a Ali y a todas, como diría Don Juan: que viva el vino y las mujeres (¿o era Manolo Escobar?); y a Viar, que viva Viar.

12 de octubre de 2010, 12:55  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Cuando leí la entrada de Iñaki, el primer pensamiento fue "a mí no me gustan los Don juanes, ni tenido ninguna fantasia con ningún hombre que salte muros para mí" pero... mi cabeza se puso a trabajar y tengo que reconocer que estaba equivocada.SIEMPRE me han fascinado los MALOTES, ya podían ser don juanes o los que sostenian un desafio a las normas.Los que sostenian el valor fálico, la potencia.Me da la sensación de que yo también quería ser Doña Ines, para redimirlos...Ésto cuando era más joven.
Los artistas, toreros, deportistas,las fans ¿sostienen un poquito este mito?

Estoy días leyendo los Too Mach de la escuela lacaniana.Me han venido al pelo, para pensar en esta entrada, en el comentario de Asun, y si somos nosotras mujeres las que hemos "desvalorizando" a los hombres, si han sido elloslos que han tirado la toalla.Si realmente no sabemos sabemos amar.Si el amor es más del lado femenino, si algunos hombres solo hacen metonimia con el deseo.Si es el, mi amor el que tiene que espabilar si soy yo ...
Nati me gusta mucho tu forma de redactar.Sigue porfa.
contestar periquitas y si hay alún periquito también.Un beso

15 de octubre de 2010, 13:54  
Anonymous Tina ha dicho...

Yo tengo la idea de que Don Giovanni y don Juan de Zorrilla tienen muy diferente final. Me gusta más Don Giovanni.
Estoy muy de acuerdo con anónimo en que Nati escribe de maravilla y en que entren hombres.

15 de octubre de 2010, 23:34  
Anonymous Ana ha dicho...

Lo que me ha ocurrido es que al principio me contagié de vuestro ambiente tan majo y me entusiasmé y para cuando entré ya estaba agobiada... que o no sirvo para esto o no lo he pillado bien: escribo como quien está en una clase o en un examen y no me gusta y tampoco me sale escribir de otra manera.
A M. y a Ali decirles que no les duela, que sois estupendas y a Nati que continúe con esa magnífica pluma y a todas y a Iñaki yo también os digo chinchín y mil besos... y como cantan todos los personajes de Don Giovanni: "¡Viva la libertad, ViVa la Libertad!
Dolores fuera, y a continuar en ese magnífico tren.

17 de octubre de 2010, 2:12  
Blogger Ali ha dicho...

Bueno, ¡ Qué lío con el amor y el deseo¡
¿Qué nos hace ver a un hombre deseable?
Me ha encantado tu escrito, anonimo, me he sentido bastante identificada contigo en este punto de fascinacion de los malotes, que siempre ha estado tan ligado y desligado con el amor.
Cuando algunas veces, me han cuestionado sobre el amor, veo que es fundamental saber mantener el valor fálico y la potencia, porque de lo contrario siempre puede existir una busqueda por fuera de la pareja.
¿qué es amar? ¿qué es el deseo?
Nati nos dice que los deseos de las mujeres en D.Juan, son los sueños que D. Juan despierta, el sinverguenza, el puñetero libertador.
Yo no quiero creer en una desvaloracion del hombre, pero si veo ese querer mantener la autoridad,el falo, de una manera poco creíble, porque en el fondo es puro goce, un goce egocentrico de mirarse hacia si, de no querer perder de intento de seguir queriendo estar por encima de..y esto no lo hace deseable
Por otro lado, ¿que nos pasa a las mujeres que no dejamos al hombre hacer, resolver, adelantandonos a todo y creyendo que solo nosotras lo podemos hacer?
¿Qué pasa con la mujer fálica?
Es dificil en los tiempos de ahora compaginar todo a la vez, y encontrar al hombre en el deseo y en el amor también.

18 de octubre de 2010, 14:41  
Blogger Ali ha dicho...

Es facil encontrarse con hombres que no saben poner limites,que no aparece la autoridad paterna. ¡que dificil que ellos mismos se pongan limites a si mismos. de ahi surge tan facil la agresividad. y tan facil que caiga en el mas debil. La agresividad y la violencia en el decir. Queria decir que aqui no se da ni el valor fálico ni la potencia..Y el deseo?

18 de octubre de 2010, 16:08  
Blogger M ha dicho...

Don Juan como mito, para ponernos a hablar. Pasan 3 mujeres por la vida de Don Giovanni, en el trocito que nos cuentan.
Y como es un mito mantenido por las mujeres hablaré de ellas.
Es como nos decía Iñaki(genial entrada), les hace sentirse únicas, y sabe que hay que desaparecer rápidamente porque eso se mantiene un ratito y creo que la verdad del amor viene después ….de eso hablaremos en otro momento. Don Giovanni es como un fantástico refresco que cuando te pides el segundo ya no te sabe tan rico, tiene su momento. Pero no llega a todas porque qué me decís de Doña Ana. No se queda prendada, ella está con su papá, y es lo que le preocupa, pasa bastante de Don Giovanni y de su pobre maridito, que ya no sabe qué decirle, “te cuidaré y seré tu papá” ella le pide venganza y su maridito piensa que eso solucionará su dificultad de ser amado como él ama. Pero va a ser que no.
Doña Elvira enganchadísima con Giovanni. Don Giovanni es buenísimo en la construcción de su semblante, hace creíble que eres *La amada*... luego la caída es brutal, explicada muy bien por Doña Elvira. Ella enfadadísima parece que dice.…!cómo ha podido hacerme eso a mí yo que le hubiese querido hasta el fin…se arrepentirá! Mujer de fuerte carácter extrovertido, pone en evidencia a Don Giovanni…y quiere salvar a las demás de él… dice.
Zerlina,la tercera, se lo intenta pasar bien, por supuesto le encanta Don Giovanni pero sin que se le compliquen mucho las cosas, pues ya sabe como son estos caballeros. Su marido al tanto como puede.
Don Giovanni quiere seducir y seduce pero no a todas y no por igual. Como la vida misma. Porque realmente somos únicas ,ja,ja!
Un beso

18 de octubre de 2010, 23:22  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

Ali , no sé, igual yo no he sabido transmitir lo que sentía, aunque lo que tú dices se entiende por sí mismo, y habla a las dudas de Anónimo, omniflotantes, que también comparto. Es que no quiero que lo mío se entienda como crítica a hombres ni a mujeres. Solo trataba de expresar algo del asombro y la admiración por el descubrimiento personal de lo que puede haber de verdad en el mito popular de Don Juan. Y si he llamado puñetero al libertador (ejem) es porque no he tenido más remedio que dejar la palabra a una que yo he sido y/o suelo ser, que, mientras escribía, me miraba alarmada diciendo algo así como "no me lo puedo creer, tía; que te dice un tío qué quieres, tía, que así te libera; un tío, tía; pero qué dices, tía" (es que una iba muy avanzada en "La (Mujer) Adolescente-Joven-Incluso ya muy Madura, Autogestionadísima. Libro de Todo lo que Hay que Sentir y Ser y Saber y Punto").
Me ilumina bastante lo que dices de esa mujer de la que hablas, porque ahora mismo la estoy viendo por todas partes en mi casa, por Dios, es que no para, y la veo incluso frente a mí, en el espejo. Menudo susto. (Pues cuando le diga que es la mujer fálica le va a dar un supersoponcio).
Pero ella ha leído los escritos de Ana y cree que ha entendido a Ana cuando decía que se sentía como examinándose: ¿De qué me suena a mí eso?, ¿del carné de conducir?, ¿del juicio final? ¿De que cada vez que piso el felpudo dirección calle, me doy cuenta de que seguramente he pisado MAL, que la respuesta correcta era CON EL OTRO PIE, hombre-por-favor?).
En un tejado frente a mi balcón se ha criado este verano un pollo de gaviota. Al principio decía "fui" (fui-fui-fuiiiii. ¡Qué peeelma de polloooo!), y después de unas semanas empezó a decir "flui". El pollo taoísta. Yo le aconsejaba (con la mente): "A ver, pollo, menos pretérito; di "flui-ré", confía en ti". Pues eso, que con plumas y sin plumas y en carne de gallina, a mí me parece que escribimos por las alas, para echar unas. De momento, la libertad de los vivas, siendo honrada, me queda como unas bragas del tamaño de un campo de fútbol, pero me apunto a las alas, Ana. Y, sobre todo, al coro.
(M., menuda fila de solistas, me pillas escribiendo, ¡y qué bien conoces la ópera!).

Todo esto, aunque parezca que no, tiene completamente que ver con Don Juan, como él bien sabe, que para eso es el Sujeto del Saber, por supuesto o en sus puestos o como se diga.

18 de octubre de 2010, 23:49  
Blogger Ali ha dicho...

Nati,decirte que tu frase no la tomé como crítica, transmitia perfectamente lo que querías decir,y te la recogí porque me gustó muchoen el sentido del deseo de la mujer.
Respecto al pollo de gaviota, no tiene desperdicio, un viva por las alas.

19 de octubre de 2010, 15:58  
Anonymous Intrapsi ha dicho...

Excelente Jon. Desde Buenos Aires, saludos e interés por las temáticas que tratais. Si en algo podemos colaborar contad con nuestra atención. Cultura y Psa abren un vasto campo de lecturas y posibles intercambios. Me ha gustado visitar el blog. Comentaristas: 10 puntos. M.Chirico

19 de octubre de 2010, 18:40  
Blogger M ha dicho...

Mi comentario anterior queda entre los de Ali y Nati como si yo estuviera en el teatro y no en la vida; queda un poco así,así...y es que lo metí sin leer. Lo tenía guardado y lo pegué estando en "los campos de algodón", sudando y sudando.
Me han gustado mucho.Me he visto al lado del pollo de gaviota haciéndole el coro !flui-flui!
y pidiéndole al Gaviota chico que vaya de *Yo fluyo*
Qué le pido a mi Don Juan, porque yo para pedir sería esa mujer fálica que comentaba Ali,no que suba montañas pero que haga las cosas de 10, (!así tan contenta...!) porqué de qué otra manera se puden hacer, sino bien. Y claro si está triste que lo diga, y si está cansado pues que no trabaje tanto, que sepa descansar cuando hay que descansar (que seguro que eso también sé yo cuándo tiene que ser) y que hable de sus sentimientos ( porque que suerte tiene de tener una mujer que sabe escuchar)...dios santo!! y todo esto lo puedo hacer tan normal y sin parpadear. Y después decirle que me siento pequeña y que el mundo me come...y él ahí tan mono, tan paciente y yo tan fálica y tan en falta pero sin parar de pedir.Quizás sea mi cansancio de "los campos", pero yo a los hombres no los veo tan despistados,por lo menos a los de mi casa que me miran, me miran...y me dejan que siga y ellos a mi lado !tan monos!.

Por otro lado,y cambiando de tema, veo que tenemos a un psicoanalista argentino en nuestro blog, desde aquí un fuerte !hola!y gracias por tu comentario, espero que hagas más. No sé en qué podemos colaborar, ya nos dirás, como ves yo sigo pidiendo.Será divertido e interesante.

20 de octubre de 2010, 23:15  
Blogger M ha dicho...

El otro día me compré el libro de Horacio Quiroga, el libro “raros matrimonios”. Además de que me gusta muchísimo como escribe y que disfruto mucho, la primera parte me recuerda a este Don Juan que viene con nosotras en el tren estos días. Quiroga lo pone en los ojos y habla de los ojos de las mujeres como nosotras podríamos hablar de Don Juan. A mí me ha parecido así, ya me diréis si lo habéis leído; habla de* los ojos* de las mujeres, de la mujer, como si fueran esa esencia o tuvieran dentro esa esencia de mujer de la que nos hablaba Iñaki.Un poco el mito femenino es Don Juan y el masculino los ojos de mujer de Horacio Quiroga. Bueno… yo que sé, es una licencia de domingo a gusto.

Ah! Por cierto, Nati es que no aguanto más!..., y te lo tengo que preguntar, tienes publicado algún libro de poesía,cuentos,novela, etc.porque escribes tan bien! que lo llevo pensando hace tiempo pero no me atrevía a ponerlo en el blog por lo de la privacidad, pero bueno ya me he atrevido. No es curiosidad, que estaría bien, sino que me apetecería mucho de leer tus libros.

24 de octubre de 2010, 11:55  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

Querida M., gracias por el malentendido, pero yo solo escribo cartas.
A veces las echo y me pongo a esperar respuestas y correspondencia (tal vez en el otro orden). Me formé en el género epistolar pidiendo anticipos al capataz de mi plantación (es verídico: antes del actual formulario informático se redactaba una misiva y tú relatabas, pedías, plañías, prometías). Aquellas cartas ya estaban llenas de amor y vanidad:
"Querido Señor Gerente: Sé que vivo por encima de mis posibilidades, pero (usted tiene que saberlo) muy por debajo de mis merecimientos".
Y ¡zas!, antes de mediados de mes Señor Gerente soltaba la pasta. Con los euros de los anticipos unas veces pago la luz y otras voy a las librerías, a ver qué hemos publicado últimamente, o qué habíamos escrito pero aún no leído. ¿Así que hemos escrito una nueva de Horacio Quiroga?, qué bien, que podremos leerla. Vanidad que es amor que es vanidad que es amor.

24 de octubre de 2010, 18:59  
Blogger M ha dicho...

Si en algún momento leéis el libro de” raros matrimonios” os recomiendo el comentario sobre el primer relato que hace Alberto Estévez. Os paso el link (espero que os lleve con sólo hacer clic encima)
A mí me ha gustado mucho.
http://liter-a-tulia.blogspot.com/

26 de octubre de 2010, 23:00  
Blogger Ali ha dicho...

Me ha gustado mucho el primer cuento de Horacio Quiroga y cómo lo explica Alberto Estevez, cuando nos habla de la diferencia entre el amor de un hombre y el amor de una mujer, cómo siempre está el deseo rondando lo que la norma no logra atrapar del todo. Siempre existe en juego esa imposibilidad de completud en el amor, porque está mediado por el deseo, y se puede pasar por eso, de la totalidad de un encuentro a una división de un desencuentro.
En el primer cuento, vemos ya el desencuentro amoroso,cuando ella espera palabras de amor, y él no puede mostrarse en falta, y le engaña con la fortuna que no es.
El hombre hace de un objeto (ojos), el acceso a una mujer.
Creo, como bien dice M. que los ojos en este caso, son para el hombre, como D.Juan lo es para la mujer: atribuir unos encantos al hombre para hacerlo "irresistible".

30 de octubre de 2010, 0:05  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

Ripios del calendario:
Por Todos los Santos, el viento en los altos;
las rosas en el rosario
(de huesos)
y Don Juan, con su diván, en los escenarios
(de los teatros españoles).

31 de octubre de 2010, 9:48  
Blogger M ha dicho...

Os paso el enlace bien del comentario mío del 26 de octubre:
literatulia

1 de noviembre de 2010, 20:50  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

He entrado a leer en Liter-a-tulia, he leído los comentarios de los cuentos de Quiroga (pero no los cuentos, sorry) y luego he saltado (unos prados más abajo en la misma página) a una tertulia sobre Revolutionary Road de Richard Yates. Me interesaba porque me gustó mucho la novela-peli (la tengo hecha una pasta novela-peli en el recuerdo), que es sencillamente horrenda para el ánimo; el ánimo, una cosa pizpireta que solo come golosinas. ¿Por qué me gustó? Por la verdad que tiene; la verdad, una cosa musculosa que baila solo si quiere. Va de no cumplir los sueños o de sueños venenosos, y de saber qué somos, qué queremos, esas tonterías. (Y no voy a contar el final, que da mucho palo porque la chica se suicida).

Me voy del tema propuesto, o más bien me descuelgo de los hilos aunque no me salgo del paño: de todos los comentarios, que están tan bien (igual que los de los cuentos que habéis leído), me he quedado con una parte de lo que dice un tal Gustavo Dessal, que copio:
"Lo magistral de construir, con una lógica implacable, una historia que finalmente nos deja con una gran incógnita. ¿Por qué realmente ha pasado esto? Hay algo que no podemos terminar de explicar, algo en la contingencia que es insondable para los seres humanos. Ni toda la lógica de la filosofía, de la sociología, del psicoanálisis, ni todos esos saberes juntos, pueden agotar por completo el misterio de una vida humana".
(Fin de la cita).

Se pone a escribir un señor una pila de cosas interesantes y resulta que lo que más me ha gustado es cuando dice: "Pos, no sé yo". Qué va; ni siquiera dice eso el hombre (que es psicoanalista y literato, viva él y la nacionalidad múltiple y despatriada). Es que yo percibo que en el análisis y la interpretación (psicoanalítica, uf) hay dos extremos: está la punta determinista, con Cierto Edipo (no me sé cosas) y los Temas (repito, no me sé cosas) haciéndote nuditos bien apretados en las gónadas (todos los exámenes irremediablemente suspendidos); y está la punta libertaria, aquí, donde el reconocimiento de la incógnitA (dibújese circulito ácrata para la A, bien que lo tal sea cosa muy antigüísima) desemboca en la tierra oscura y cálida del puede ser de otra manera.

2 de noviembre de 2010, 20:56  
Blogger M ha dicho...

Me encanta que hagas referencia a Revolutionary Road. Yo no leí la novela que me ha dado pena porque contará más cosas y con más detalle que la película que sí vi.
Me gustó muchísimo, muchísimo. La he nombrado muchas veces. Para mí fue como ver la verdad, igual que tú comentas Nati, con bastante de mis cosas en ella. Me impacto, era como a momentos si me contasen a mí.
Ella quiere ir a París (da igual el sitio, es lo que quiere ella; es el sueño que ella tiene que quizás él también, no sé…pero su sueño sí que era y no lo puede realizar, por qué, porque la vida es así, porque era un anhelo y no un deseo, porque tenía que ver con la juventud y no con los campos de algodón para poder vivir, no lo sé pero no se realiza …te dejas llevar pero no porque seas cobarde o tonta (o no mucho) sino porque piensas que es lo mejor.
Me dio la película cuando la vi como una bofetada, y me quedé como sostenida en el aire….diciéndome porqué, qué pasa con los sueños, qué pasa con la vida…
A ella le entendí!tan bien!...su decisión final (que yo no haría claro) pero entendí que llegado a ese punto como llega ella ya no hay salida, es pura convicción.
Bueno, en fin hay tantas cosas tratadas en la película que es para horas. He leído varias veces en literatulia los comentarios que hacen sobre ella (buenísimos y aclaratorios) pero curiosamente…siempre se me borran de la memoria sus explicaciones y me vuelvo a quedar sostenida.
Quizás un día nos propone Iñaki verla a todos los del blog y poderla comentar poquito a poquito entre todos, junto con sus aclaraciones, sería entretenido e interesante.

2 de noviembre de 2010, 23:24  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

Siiiií, ¡quizás un día Viar vuelva a escribiiiiir!

2 de noviembre de 2010, 23:34  
Blogger Ali ha dicho...

Habría tanto que hablar del libro, que con leer los comentarios, te quedas ya llena, llena de cosas que quieres ver, leer y leer, encajar..y que justamente es esto, lo que no "permite", por aquello de que cada uno es individual y misterioso con su vida y su deseo.
A mi, el tema del deseo, me atrapa de verdad, me llama la atencion, la paradoja de que por un lado, cómo vamos buscando el deseo en nuestra vida y por otro la facilidad de desvincularnos de ese camino (del deseo), por aquello de nuevas implicaciones con la vida.
El deseo, del que tan bien nos hablan los comentarios, propone ir inventando pasos en la vida, que nos lleven a la verdad de la que tanto hemos hablado con Iñaki, que es la verdad individual de cada uno, que no tiene nada que ver con lo social,el deber ser, el convencionalismo..el no hacer ni decir nada que se salga de lo "normal", es decir, de una construccion subjetiva a partir de la individualizacion.
En la peli, se ve el miedo, la cobardia, el mantener lo que se tiene, sin planteamiento de su falta (en el protagonista), y en ella, la lucha que tiene, en querer amarlo, por lo que "no tiene".
El precio de vivir ó no, en conformidad con la verdad es muy caro, con una muerte trágica, que es como un vacío, al que ella se enfrenta con la vida y con su amor.

4 de noviembre de 2010, 12:12  
Blogger Ali ha dicho...

¿ Y el nuestro? ¿Cuál es nuestro precio? ¿la conciencia, el miedo, el dejarse arrastrar, la falta de tiempo, la tristeza, la melancolia,la inseguridad..

4 de noviembre de 2010, 12:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Los comentarios de esta entrada tienen ese acento de verdad que consigue crear-a pesar de lo trágico comentado- un intermezzo de alegría.
Ha resultado bien mi silencio, pues ha dado lugar a estos frutos valiosos.
La pregunta sobre el deseo no es sino ese deseo de deseo. Así está bien orientado. Más allá el enigma del amor. Es cierto Nati que la contingencia- a la que se refiere Dessal- sobrepasa siempre nuestras interpretaciones, nuestro saber, que solo, y a veces, cobra sentido a posteriori. Quizá para soportar la contingencia, lo que puede o no suceder,para hacer como si no existiera, los humanos creamos religiones, filosofías, ideologías... que se empeñan en que todo sea "necesario". Un comentarista deportivo dijo que el árbitro había pitado el penalti "a posterori". Más o menos así vamos, intentando poner palabras a lo que nos ha pasado.
Me ha gustado lo que ha dicho Ali sobre el deseo..." una construcción subjetiva a partir de la individualización"(el Word me lo subraya en rojo, así que igual no existe la palabra, pero por ahí debe estar la clave. Como en la obra que habéis comentado de Richard Yates (estupendo comentario de M.): el desfallecimiento viene cuando el sujeto no consiente a su deseo.Si no puede con las marcas de su vida.

4 de noviembre de 2010, 18:28  
Blogger Iñaki Viar ha dicho...

El anónimo soy yo. Es que no domino esta cosa. Se me insubordina.Don Juan sí que podría con ello.

4 de noviembre de 2010, 18:34  
Blogger Ali ha dicho...

A posteriori,seguramente tendras razon sobre tu silencio..para nosotras esa contingencia sobre si escribirá ó no lo hará, no ha sido tan fácil de soportar.
Más vale que,con tu comentario, ya ha merecido la pena..

4 de noviembre de 2010, 22:43  
Blogger Elefante de Guerra ha dicho...

cibercoquetería: s.f. Galanteo, floreo y requiebro por el que la autoridad se hace el distraído y juega a la insubordinación informática.
(DRAE apócrifo, vol. I)

5 de noviembre de 2010, 11:58  

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