Verdad y ficción
Bocca della Verità
En el fondo parece que la perseguimos siempre, la buscamos cada vez que hablamos. Cuando tratamos de interpretar la realidad que nos acontece queremos alcanzar la verdad como la causa que nos explique lo que pasa. Obviamente no es así, más que a medias. El Y0, nuestra consiciencia razonante, no quiere la verdad. Más bien tiende a ignorarla. A proseguir en las representaciones que nos hacemos del mundo y de nosotros mismo, que aunque no sean confortables, a veces dolorosas incluso, son las nuestras, en las que estamos instalados y nos reconocemos.
Esta búsqueda de la verdad es moderna, quiero decir hija de la aparición de la mentalidad científica en el mundo. antes la verdad era la Verdad, es decir la Verdad religiosa, la expresión de la voluntad divina. Hoy se tiende a buscar la verdad como se busca el bacilo de Koch para encontrar la tuberculosis. Una realidad objetiva que explique todo.
El propio Descartes que inicia el pensamiento moderno, coloca a un lado a Dios como garante de la verdad, para poder así pensar y discurrir libremente. Se dice que fue un recurso para que la Inquisición no le persiguiera. Pero la verdad quedó separada de la religión para el pensamiento racional. Lo que Kant desarrollaría ampliamente. Todo esto dejó al ser humano solo ante la verdad, a intentar mirarla de frente.
Freud introdujo como enseñanza de sus pacientes que la verdad está reprimida. Y que es la explicación de los síntomas: la carga de líbido reprimida se derivaría por diversos caminos para producir los diferentes síntomas.
Más tarde Freud se dión cuenta que el levantamiento de la represión no producía por si mism los efectos terapéuticos esperados. Y escribió en "Más allá del principio del placer" que en los individuos existía también una pulsíon mortífera que perpetuaba los displaceres sintomáticos. Esta es la verdad radical sobre el inconsciente: que insiste en la repetición, que consiste su goce, y que esto es efecto de la propia naturaleza del ser hablante, de que la vida humana habita en el lenguaje, y por tanto el sujeto que es su efecto.
Se acabó todo idealismo sobre la condición humana. El sujeto humano se arregla con su condición de mortal. Lo sepa o no.
Lacan llevará a ubicar la verdad como efecto de discurso. Según en que discurso se está, se encuentran unas verdades u otras. Además está el amor, el gran velo sobre la verdad. Amamos y desconocemos. Por fortuna siempre nos dejamos engañar en alguna medida.
Hoy el postmodernismo ha descubierto que la verdad no depende de los indicadores de la realidad. Esto ha dado pasos hacia el relativismo, el multiculturalismo... como si la virtualidad de la verdad diluyera los principios éticos. Creo que esto va ganando en la sociedad.
Dice Pierre Malengreau que" la verdad falsa es aquella tras la que corremos. Es la que corre sola cuando hablamos. Es la que Lacan dice que tiene estructura de ficción." Frente a ella está la verdad verdadera "la que solo se atrapa a través de mentiras y fracasos" Esta verdad se refiere al límte que encuentra el sujeto constituido por la imposibilidad de inscribir en el inconsciente la relación sexual. Es el límite de la relación con el Otro. La condición del ser hablante exiliado necesariamente del goce "natural". Es lo siempre fallido en su encuentro con el objeto.
Lacan elabora el concepto de "real" para referirse a ese límite, a lo imposible de ser hablado. A lo que no entra en el lenguaje, pero sin embargo consitituye el campo vacío en torno al que las palabras pueden significar y proporcionar sentido.
Pero en el psicoanálisis nos servimos de la "verdad mentirosa" para acceder a su más allá. Nos servimos para efectuar el trabajo de cernir lo real, las condiciones de goce de cada uno que constituyen su ser pulsional. Ahí donde tienen su morada la dicha y el sufrimiento.
Mientras seguiremos buscando interpretar que ha pasado en los países árabes, que ocurrió verdaderamente el 23-F, si los terroristas dejarán de matar.... La verdad siempre estará más allá del saber. La verdad, a veces, no es benéfica. Puede ser insoportable. La verdad de los hechos sociales es una multitud de círculos de verdades, y su destino azaroso. No debemos renunciar a interpretar los hechos de nuestra actualidad, pero no creamos demasiado en grandes verdades reveladoras, tan frágiles como nuestras ficciones.